martes, 31 de agosto de 2010

HISTORIA DE CHINA


Se han encontrado vestigios de presencia humana en China desde hace casi 2 millones de años, dado que la exploración arqueológica de China es todavía relativamente reciente, se espera que en los próximos años surjan nuevos descubrimientos. Los restos más antiguos encontrados hasta ahora son el llamado Hombre de Yuanmou, que vivió hace 1,7 millones de años en la Provincia de Yunnan, el Hombre de Lantian, que vivió hace unos 800.000 años en las cercanías de Xi'an, y el Hombre de Beijing, que vivió en las afueras de esta ciudad hace unos 400.000 años y en el que ya están presentes las características básicas del hombre: como es el caminar erecto y el uso del fuego y herramientas.
Los vestigios humanos se multiplican en China a partir de hace unos 200.000 años. Desde entonces hay restos de numerosos homínidos. No obstante, se considera que el chino moderno no desciende de ninguno de estos homínidos, que fueron exterminados por completo por el nuevo homo sapiens procedente de África.
En tiempos más recientes, caracterizan el neolítico chino los restos de la cultura matriarcal de Yangshao (de hace 6.000 ó 7.000 años), y la patriarcal de Longshan, con clanes bien establecidos, y la de Hemudu, en las cercanías de Hangzhou. Todas ellas usaban herramientas de piedra, cerámica, y practicaban agricultura y ganadería además de la caza y recolección.
Un poco posterior, no mucho, se data el establecimiento de las primeras tribus que en la cuenca del río Amarillo darán origen a la nación china. Son los tiempos en que Huang Di, el Emperador Amarillo, al mando de una alianza de tribus, consigue para su pueblo el dominio de las mejores tierras del norte de China, expulsando a sus oponentes, entre ellos los antepasados de los actuales Miao. Tras el Emperador Amarillo, el héroe civilizador de esta tribu, surgen otra serie de reyes, hoy mitificados, que donan a los chinos lo que será la base de su cultura.
Se dice que la primera dinastía es la dinastía Xia, de la que apenas se tienen noticias, aunque se puede afirmar que gobernó una región del centro de China desde el siglo XXI a.C. al XVI.
La dinastía 
Shang (Siglo XVI a XI a.C.), su sucesora, está bastante mejor documentada, no sólo por los antiguos historiadores chinos, sino por los abundantes restos arqueológicos descubiertos de su época, especialmente inscripciones en caparazones de tortuga, vasijas de bronce de una extraordinaria belleza, y los restos su capital Anyang, en las cercanías de la ciudad de Zhengzhou. Donde además de restos de casas y palacios, hay numerosas tumbas de reyes y príncipes con sus esposas y servidores enterrados vivos junto con ellos. Anyang no es más que una de las capitales de los Shang, ya que se dice tuvieron 6 capitales más durante sus 500 años de hegemonía.

HISTORIA DE ROMA

CALENDARIO ROMANO

    En Roma, en tiempos de Rómulo el año constaba de 10 meses, cuatro de 31 días y seis de 30, en total 304 días.
    El año comenzaba el 1 de marzo. Los meses eran: martius (31 días), aprilis (30), maius (31), junius (30), quintilis (31), sextilis (30), september (30), october (31), november (30) y december (30). Los cuatro primeros meses están dedicados a Marte, Apolo (Aperta), Júpiter (Maius) y Juno, respectivamente. Los demás se denominan según el ordinal correspondiente.
    Este calendario era demasiado corto, por lo que se usó sólo hasta que Numa Pompilo (716-673 a.C.) añadió los meses de januarius, dedicado a Jano, al comienzo del año, y februarius, dedicado a Plutón (Februus) dios del infierno, al final del año. Además redujo el número de días de los meses para sumar un total de 355 días, con lo que adaptaba el calendario al ciclo lunar.
    Los meses quedarían así: januarius (29 días), februarius (28), martius (31), aprilis (29), maius (31), junius (29), quintilis (31), sextilis (29), september (29), october (31), november (29) y december (29). No existen meses con un número de días par porque se consideraban de mal agüero, excepto febrero, y por esa misma razón el año tiene 355 días, en lugar de los 354 de ciclo lunar. En febrero se celebraban las februales; unas fiestas de purificación y paciguamiento de los muertos en los que se realizaban diversos sacrificios.

    Como este año era demasiado corto cada dos años se añadía un mes de 22 ó 23 días (mercedinus, o mercedonius). Este mes se intercalaba entre el 23 y el 24 de febrero, y los cuatro días que quedaban de febrero se consideraban incluidos en mercedinus. Sin embargo, este cómputo era demasiado largo, ya que daba un total de 366 días y cuarto. Para evitar este desfase en el año 450 a.C. se acordó que cada ocho años se intercalara tres veces el mercedinus: la octoetérida. La octoetérida se fundamenta en los cálculos que realizó Cleostrato de Tenedos en el año 500 a.C. La intercalación, y el cómputo de los años, estaba en manos de los sacerdotes, quienes obraban, según sus intereses. Las reglas de cálculo del calendario fueron secretas hasta que Cneo Flavio las robó en el 304 a.C. El sistema era demasiado complicado y arbitrario, incluso para sus contemporáneos. En tiempos de Julio César había un desfase de tres meses entre el año civil y el astronómico, por lo que se hacía imprescindible una reforma.
    La manera de contar los días era muy peculiar. El mes tenía tres fechas señaladas: las calendas, las nonas y los idus. Los días se denominaban dependiendo de los días que faltasen hasta la próxima fecha señalada. Las calendas eran el primer día del mes, las nonas eran el día 5 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 7), y los iduseran el día 13 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 15). Esta división procede del ciclo lunar. Teóricamente las calendas corresponden al novilunio, las nonas al cuarto creciente y los idus al plenilunio. El día anterior también se llamaba vísperas, y el anterior a las vísperas antevísperas. De esta manera el 20 de octubre era el decimotercer día antes de las calendas de noviembre. No existían semanas propiamente dichas aunque se celebraba un mercado cada ocho días, y los días entre mercados se designaban: A, B, C, D, E, F, G y H, que se sucedían correlativamente comenzando a contar con A desde el 1 de enero. 

MONEDA ROMANA

La moneda apareció en Roma como derivación de la Griega
Comprende dos grandes épocas: La Republica y el Imperio ambas claramente diferenciadas por cuanto la primera esta mas próxima a su origen Heleno que la segunda, y ambas también están ligadas mutuamente por el largo periodo de los triunviratos. 
Alrededor del año 335 a de J.C. parece ser que Roma ya había iniciado su emisión de moneda. Según reciente teorías, dicha fecha habría que retrasarla unos setenta años. 
Antes del comienzo de la moneda se usaba en Roma, y en general, en el centro de la península Itálica, unos lingotes de bronce uniformes que se llaman Aes rude o infectum, a los que siguieron otros con un peso determinado, marcas toscas y forma mas o menos rectangular, a los que se les conoce con el nombre Aes Signatum. 
La primera moneda Romana es de bronce fundido a cuya unidad se le llama As pesa una libra latina (273 gramos) por lo que estas primeras emisiones se denominan Aes Grave o Libral. El As se divide en doce onzas o únicas y sus submúltiplos eran el Semis o medio As, el Trines, el cuadrans, el sextans y la onza. 
Entre los múltiplos del As conviene mencionar el Dupondius (2 Ases), el tripondius y el quadrusius. Fue característico en estas monedas, al igual que en todas las acuñaciones Romanas de bronce. 
Durante la Republica, el representar en el reverso una proa de nave y en el anverso diversas efigies de divinidades según sus distintos valores. Cada pieza lleva además, la señal de su valor. 
Juntamente con las monedas de bronce ponía el nombre de Roma en varias emisiones de plata batidas en compañía y que se denominaban Campanienses. Estas monedas, que muestran en ciertas ocasiones formas no Romanas y revelan en su estilo, la influencia del sistema Griego, terminaron alrededor del año 268 a de J.C., o poco mas tarde, cuando Roma acuño por vez primera en su ceca una moneda de plata con su topónimo y formas y estilos claramente Romanos.


HISTORIA DE ROMA

NÚMEROS ROMANOS:Hoy en dia este sistema es utilizado para ciertas referencias, no siendo utilizado de manera cotidiana, como en tiempos de antaño. A diferencia del sistema de numeración egipcia, como regla general los símbolos romanos se escriben y leen de izquierda a derecha, ubicados de mayor a menor valor.
Cabe destacar que si bien este sistema numérico ha sido básico y fácil de emplear, numerosos errores fueron acontecidos a lo largo de la historia, dando así varios deleites curiosos.
Muchos de ellos se relacionan con el mal empleo del número 4 (IV). Es común ver en muchos relojes el uso de IIII para el numeral 4, en lugar del correcto IV.
Se dice que un relojero suizo realizo un reloj que su soberano le había encargado, cometiendo el error de representar el número 4 como IIII y no utilizando la combinación  IV. El desafortunado relojero fue ejecutado por la ira del monarca, y desde ese momento, a modo homenaje, todos sus colegas comenzaron a utilizar el IIII en vez de IV.
Por otro lado, el IIII era la disposición preferida por los romanos en la antigüedad, influyendo también la coincidencia con el nombre del importante dios romano, Júpiter. En latín, este nombre se escribía comoIVPITER, siendo los caracteres IV no apropiados como modo de uso numérico.
Por ultimo cabe destacar que uno de los monarcas de FranciaLuis XIVprefería la disposición IIII sobre IV, por lo que ordenó a todos sus relojeros construir relojes con IIII en lugar de IV, generando una costumbre que perduro durante siglos.
Hoy en dia este sistema es utilizado para ciertas referencias, no siendo utilizado de manera cotidiana, como en tiempos de antaño. A diferencia del sistema de numeración egipcia, como regla general los símbolos romanos se escriben y leen de izquierda a derecha, ubicados de mayor a menor valor.
Cabe destacar que si bien este sistema numérico ha sido básico y fácil de emplear, numerosos errores fueron acontecidos a lo largo de la historia, dando así varios deleites curiosos.
Muchos de ellos se relacionan con el mal empleo del número 4 (IV). Es común ver en muchos relojes el uso de IIII para el numeral 4, en lugar del correcto IV.
Se dice que un relojero suizo realizo un reloj que su soberano le había encargado, cometiendo el error de representar el número 4 como IIII y no utilizando la combinación  IV. El desafortunado relojero fue ejecutado por la ira del monarca, y desde ese momento, a modo homenaje, todos sus colegas comenzaron a utilizar el IIII en vez de IV.
Por otro lado, el IIII era la disposición preferida por los romanos en la antigüedad, influyendo también la coincidencia con el nombre del importante dios romano, Júpiter. En latín, este nombre se escribía comoIVPITER, siendo los caracteres IV no apropiados como modo de uso numérico.
Por ultimo cabe destacar que uno de los monarcas de FranciaLuis XIVprefería la disposición IIII sobre IV, por lo que ordenó a todos sus relojeros construir relojes con IIII en lugar de IV, generando una costumbre que perduro durante siglos.

HISTORIA DE COLOMBIA

QUE ESTUDIA LA HISTORIA


La historia busca conocer y estudiar las acciones (individuales y colectivas) que los hombres y las sociedades realizaron en el pasado. Cuando hablamos del pasado, nos referimos a todo el tiempo que transcurrió hasta la actualidad (el presente). Mirando el pasado de las sociedades humanas, podemos remontarnos muy atrás (muchos millones de años atrás) hasta el origen del hombreel comienzo de la vida en la tierra o el origen deluniverso.
Esta característica de la historia, de extenderse en un pasado tan profundo que nos cuesta tomar dimensión de él, a menudo dificulta su estudio y su aprendizaje. Cuando hablamos de cantidades de tiempo tan grandes, hablamos de “tiempo largo”, y para su mejor comprensión les proponemos leer nuestro artículo sobre El “Año Cósmico”, la mejor herramienta para comprender la Historia remota.

LA HISTORIA

La historia, es una de las tantas disciplinas, que se consideran ciencias. Esta por si, estudia los actos del pasado. Aquello, que han tenido una relevancia en el devenir de la evolución humana. Toda historia, trata o versa sobre el actuar del hombre. Es este, el punto de partida, de lo que llamamos historia. Todo relato histórico, trata sobre el actuar del ser humano.
Por lo mismo, la historia, estudia el actuar y comportamiento de aquellas sociedad antiguas. O personajes individuales, que han marcado un hito, en el desarrollo de la humanidad.
Pero uno de los ejes fundamentales, en el estudio de la historia, es poder analizar el pasado, para comprender el presente. Para los historiadores, mirando el pasado, podemos comprender el por qué, de nuestra actualidad. Cómo hemos llegado a ser, lo que somos en la actualidad. E ahí, lo importante de la historia. Ya que al saber lo que ocurrió en el pasado, podemos aprender como mejorar el futuro. Sobretodo, sacar lecciones sobre los errores cometidos por nuestras sociedades.
Ahora, se dice que la historia nace, por medio de la escritura (enfoque clásico). Ya que es a través de la escritura, que podemos dejar de manera fidedigna, encapsulado un momento de vida. Los primeros historiadores, fueron aquellos que iban relatando los devenires de su época. Sobretodo en las guerras, en las cuales, muchas veces, actuaban como biógrafos de alguno de los contendores. Por lo mismo, es que no son pocos, los pueblos, que han visto acortada su historia o se sabe muy poco de su existencia, ya que no poseían el conocimiento de la escritura. Por lo tanto, lo que se puede llegar a saber de ellos, es por medio de la arqueología y otras disciplinan, que indagan en aquellas sociedades perdidas, en la historia. Incluso, el uso de estas otras disciplinas, ha dado pie a nuevos enfoques de mirar la historia. La cual puede ser analizada o buscada, por medio de un enfoque multidisciplinario. Todo lo contrario del enfoque clásico.
Lo relevante de la historia, es que por medio de ella, podemos no sólo comprender el presente, sino que mejorar nuestro futuro. El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. La historia muchas veces, busca evitar aquello.